En la mayoria de situaciones de la vida, la prohibición es el elemento mas intuitivo del deseo, por lo que es la primera inspiración a un mundo de placer. No obstante, hay que tener siempre presente las circunstancias en las que esto se presenta, ya sea para bien o para mal. Pero en esta pequeña historia todo fue absolutamente para bien, y mejor aún, todo fue en secreto.
Manuel era un chico de 19 años que estaba en aprietos en la vida. Su vida de niño y de adolescente fue un desastre, sus padres nunca lo veían en buenos caminos, siempre frustrados discutian constantemente que él no tendría ningun futuro. Por otra parte, la tía de Manuel, llamada Sara, de 35 años y soltera, tenía un cariño enorme hacia él, ya que ella entendía la incomprensión de sus padres.
Todo pasó un sábado por la tarde, un dia de fiesta para la familia, pues el hermanito menor de Manuel, Carlitos, cumplía sus 14 añitos. En la fiesta estaban presentes Manuel y muchos amigos y vecinos de Carlitos, también sus padres, vecinos, tíos y tías, y entre ellos por supuesto, la tía Sara, la cual como siempre se vestía muy elegante, con ropa fina y un poco ajustada. En aquella oportunidad tenía una blusa de color azul, con un escote muy insinuante, y con una falda muy sexy, que rasgueaba el contorno de sus piernas de forma muy sensual; ella siempre le gustaba ser la atracción de las fiestas.
En la fiesta todos estaban muy animados, Carlitos y sus amigos jugaban, los familiares de Carlitos festejando y compartiendo agradablemente, pero Manuel estaba muy aislado. Sara que estaba sentada enfrente de él, no podía dejar de sentirse preocupada, ella conocía la situación muy bien, y por eso quería intervenir.
De repente Sara tuvo la idea de mirar a los ojos a Manuel, para ver si ella podría tener un acercamiento noble hacia él, pero Manuel parecía muy afligido y muy apático a cualquier situación a su alrededor. Al mismo tiempo Sara se sentía muy atraida hacia él, pues era un chico muy atlético que realizaba constantemente entrenamiento de gimnasio. Aunque en el fondo, ella sabía que eso era incorrecto y prohibido, por lo cual en su mente pasaban cosas muy extrañas. Ella solo quería que Manuel entendiera que todo tiene solución.
Sara no sabía como llamar la atención de Manuel, por lo que tuvo una idea muy irreverente y muy peculiar. Sara tomó el celular en sus manos para distraerse y se sentó de frente a Manuel, descuidó intencionalmente su falda, tanto así que por un lado dejaba percibir sus hermosas piernas. Sara sabía que podia caer en un juego muy atrevido, pero queria saber hasta donde podría llegar con Manuel.
Sara siempre se colocaba ropa interior muy cortica, por eso siempre cuidaba que sus faldas nunca le jugaran una mala pasada. En ese momento ella cruzó sus piernas medianamente, dejando profundamente al descubierto sus prendas mas intimas, para que solo Manuel, quien estaba al frente pudiera percibir.
Continuará...