Como cualquier momento de aquellas ilusiones pasajeras, de caminar por la vida, de reencontrarte siempre en mis sueños, de poder esperar y entender la infinidad en tus brazos.
Fué aquella ilusión que me mantuvo, una que ninguna razón pudo enfrentar, de miles de caminos, eras la esperanza para salvaguardar cualquier efecto dañino sobre mi vountad.
Frente a tí deseaba un espiral de maravillosos abismos trascendentales, te mantuviste plena y sincera, pero degradaste lo que menos esperaba, mi confianza.
Perpetua, irresistible, soñadora y amigable, así fuistes y así seras.